Los
modelos de aprendizaje de hoy en día sirven para preguntarse a uno mismo,
siempre y cuando ya se tenga una conciencia plena y madura, si la educación que
recibimos se puede llamar educación. No nos referimos a educación en el sentido
de “jardín de infancia”, “primaria”, “secundaria”, “bachillerato” o
“universidad” entre otros, que también, sino que además se incluye en este
apartado la educación adquirida por la cultura. Porque es cierto si afirmamos
que cada uno de nosotros adquirimos una cultura sin ningún tipo de escuela,
incluyendo con ello a profesores o centros escolares, sino que es una cultura
que transmite conocimientos de generación en generación.
La
pregunta que yo me formulo en este momento es la siguiente: Actualmente, ¿se
educa, se forma, o se instruye? Desde los más pequeños hasta los más adultos,
la educación está basada en prohibiciones y obligaciones. “¡No se cogen las
cosas del suelo!”, “¡Tienes que comportarte bien en clase!”, “¡Tienes que
realizar este trabajo para mañana!”, “Si no estudias, no te llegará la nota para estudiar lo que
quieres”, “Si no apruebas a la primera, luego no te quedarán plazas para
estudiar lo que deseas”. Si nos fijamos, desde muy pequeños, estamos muy
sometidos a una gran presión como forma de aprendizaje. Estamos sometidos al “conditio sine qua non”, regla conformada
por el filósofo Inmanuel Kant, en el que
reúne medios y fines. Por ejemplo, si quiero ser médico, necesito sacar está
nota para poder entrar en la Universidad. Si quiero ser periodista, tengo que
estudiar este tipo de bachillerato. Si simplificamos esta regla al último
ejemplo comentado, al bachillerato, éste y lo que él nos enseña, no es un fin,
sino que es un medio (aunque pueda que no me guste) por que el que tendré que
pasar para llegar a otro fin distinto (estudiar lo que deseo).
Pero
si lo vemos desde otro punto de vista distinto, la instrucción lo que hace es
promover el conocimiento de lo existente, mientras que la educación se basa en
dicha instrucción para poder conseguir esas habilidades y destrezas que nos
permitan formarnos de la mejor manera posible lo que hay. Entonces… ¿Cómo se
puede educar sin instruir?
Al
fin y al cabo, son cosas muy distintas, pero que a su vez deben
complementarse, se puede realizar un símil
para entenderlo. Por ejemplo, un periodista debe realizar todas sus redacciones
informativas de forma totalmente objetiva, pero inconscientemente en la manera
de redactar, o simplemente lo que se selecciona como más relevante ya da un
toque de subjetivismo propio del periodista.
Según
el Instituto de Estudios Económicos (IEE) el abandono encolar de los jóvenes en
España alcanza el 28,8%, doblando la media Europea, que se sitúa en un 14,5%.
En 2008, el porcentaje de jóvenes estudiantes dejaban de formarse en la
Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) fue de un 13,3% en el primer ciclo,
mientras que el abandono en el segundo ciclo, de un 28,3%. Muchos de los
factores pueden ser personales sin lugar a dudas, pero, ¿tan diferente es el
país Español para doblar a Europa en sus estadísticas sobre abandono escolar?
Posiblemente sea un error de una de las variables dependientes
instrucción-educación, en las que se ha podido llegar a un extremo de una
variable menos valorando la otra. Quizás, y solo quizás, una solución podría
ser dejar de instruir al joven y dedicar a educarlo en una rama concreta, lo
que supondría predisponer al futuro trabajador desde sus primeras palabras a
enseñarle el campo donde sus padres quieran que éste se ocupe. Una idea un tanto
descabellada, puesto que sometemos al futuro formado a tener que estar
estimulado sobre un campo que quizás en un futuro no le llame ni siquiera la
atención.
Lo
que está claro, es que para educar necesariamente hay que instruir, si no
instruyésemos, estaríamos creando máquinas que sencillamente sabrían mucho de
poco, y no poco de mucho, lo que no creo que fuera muy beneficioso para el
desarrollo del sistema, pues como dijo Descartes “Daría todo lo que sé, por
saber la mitad de lo que ignoro”, ¿O no?
Hola Dani.
ResponderEliminarEn primer lugar, decirte que es una de las mejores entradas que he visto, argumentas lo que dices, expones datos objetivos, tratas los conceptos con rigurosidad. Pero sin embargo, una gran lástima de esta entrada es la estructuración, es cierto que se puede distinguir de un modo claro la introducción, desarrollo y conclusión, pero no ordenas bien el tratado de datos, te voy a mostrar un ejemplo: realizas la pregunta de educar instruir y formar, y en vez de hablar de eso, empiezas a hablar de lo que se basa nuestra educación.
Pero bueno, esta muy bien realizada la entrada y creo que te has esforzado en su realización, ten por seguro que la voy a rescatar en mis recomendaciones blogueras.
Te animo a comentar en mi blog, un saludo, Alessandro.